
















CARACTERISTICAS DE LA PROMOCION
En el corazón de Gipuzkoa, en la apacible y pintoresca localidad de Zizurkil, se alza este espectacular caserío, donde la tradición y el entorno natural se encuentran en perfecta armonía.
De reciente construcción, esta propiedad combina a la perfección la arquitectura tradicional con las más modernas soluciones constructivas, empleando materiales de primera calidad para garantizar un hogar cómodo y de alto nivel.
Arquitectura Moderna y Tradicional: La propiedad ha sido construida con un diseño innovador que combina materiales tradicionales como la madera y la piedra con detalles contemporáneos, destacando el uso del hierro corten, lo que le otorga una estética única, elegante y resistente.
El caserío ofrece impresionantes vistas del entorno natural que lo rodea, con panorámicas abiertas a los paisajes verdes de Gipuzkoa.
Su privilegiada ubicación permite disfrutar plenamente de la tranquilidad, el silencio y la belleza del paisaje, convirtiéndolo en un lugar ideal para desconectar y reconectar con la naturaleza.
La propiedad cuenta con una amplia terraza orientada al sur, donde podrás disfrutar del sol durante todo el día y contemplar los hermosos atardeceres, haciendo de este espacio un lugar perfecto para relajarte o para reuniones al aire libre.
La construcción ha sido realizada con los mejores materiales disponibles, garantizando una alta durabilidad, eficiencia energética y un acabado impecable.
El resultado es una vivienda que combina a la perfección la estética con la funcionalidad, ofreciendo confort, calidad y diseño en cada detalle.
El caserío ha sido diseñado para integrarse de forma armónica con el entorno, respetando la estética rural y potenciando la belleza del paisaje que lo rodea.
Su arquitectura crea un ambiente cálido y acogedor, ideal para quienes buscan tranquilidad, naturaleza y una conexión auténtica con el entorno.
Este caserío en Zizurkil es una propiedad única, perfecta para quienes desean una vivienda moderna en un entorno rural privilegiado.
Ofrece todos los lujos y comodidades actuales, junto con la belleza natural y la tranquilidad que solo un lugar así puede brindar.
Historia
El caserío Aretazpikoa se menciona por primera vez a mediados del siglo XVI (1547), pero es posible que ya estuviera construido anteriormente, ya que entre los vecinos que participaron en el acta de vecindad entre Zizurkil y la villa de Tolosa, celebrada en 1391, se encontraban Juan de Araneta y Pedro de Araneta. Este caserío es una de las 20 casas solariegas originales de este municipio, por lo que tiene derecho a un escudo heráldico. En 1733 sus propietarios, Domingo de Echenagusia y Antonia de Olaskoaga, crearon este caserío y un mayorazgo sobre el anejo de Legargain para garantizar la seguridad de sus propiedades, nombrándose como sucesor a su hijo Gabriel de Echenagusia, con motivo de su matrimonio. Aun siendo esto así, Gabriel litigó con sus hermanas por el reparto de la herencia y la atribución de la legitimidad de cada una. Y después de unos pocos años, la justicia local embargó su patrimonio para poder hacer frente a la gran cantidad de deudas que tenía la familia (las casas de Aretazpi, Legargain, Nekola, Zalduzar y Sarobe). En 1873 el edificio sufrió importantes daños en esta zona. Tras los disturbios ocurridos durante la Guerra Carlista. En 1759, el colono Ignacio Mendigain pagaba la siguiente renta: 56 reales de 8 y 2 reales de plata, 20 fanegas de trigo, 16 fanegas de maíz, la obligación de depositar los frutos de manzana menos los que los inquilinos necesitaban para el beneplácito y disfrutar a partes iguales de la mitad de las frutas de nueces, huríes, higos, ciruelas y bodegas, lagares y vestíbulos. A finales de este siglo el edificio estaba dividido en dos partes y cada una se ponía en arrendamiento por separado, aunque el tamaño de las mismas era diferente (en 1792 Francisco de Treku pagaba 112 ducados y 2 capones de renta y José de Elola 36 ducados y 2 capones).
Descripción
Caserío barroco, construido en la segunda mitad del siglo XVII, del tipo de los caseríos de estructura porticada. Con planta rectangular, está dividida en dos viviendas independientes, separadas por un muro medianero, cada una con distinto desarrollo. La mitad norte es la que más ha cambiado y tiene muros de piedra encalados y con vanos humildes. El muro de acceso presenta un arco de medio punto con un placado de imitación de sillería. Al este se ha añadido un edificio a modo de cobertizo.
La mitad sur está mejor conservada y sus muros se presentan como cara vista, con sillería en esquinales y vanos. En esta fachada se pueden distinguir diferentes fases constructivas y su elemento más singular es una tardía ampliación a modo de porche (principios del siglo XVIII). Tiene dos accesos laterales en arco de medio punto dovelado y otro en el borde este de la fachada sur. Ésta está parcialmente conservada y hoy en día la entrada es ciega. Este porche es similar al originario del caserío colindante de Aretagoikoa y en la parte inferior se cierra con muros de piedra. Abierto en el centro para favorecer la iluminación natural, el cierre superior está apeado sobre dos pilares con finos sillares. El cierre superior tiene un carácter mixto con estructura de madera y ladrillos fuertes encalados en el interior y esquinales con sillería. La estructura interior del edificio ha sufrido importantes reformas y no es muy interesante, quizá sea consecuencia de un incendio que sufrió en 1873. Los frentes de cada planta estructural están sostenidos por un conjunto de pies derechos de madera con zapatas. Estos pies derechos se unen bajo cubierta mediante sacudidas centrales y laterales unidas por chavetas con espigas de madera.